martes, 15 de enero de 2019

Pastoral Familiar: Opción a casados por segunda vez, Divorciados no comulgan pero la Iglesia los acoge


La misericordia de Dios es para todos
Dentro de la realidad social que se vive en el país hay cada vez más parejas divorciadas y vueltas a casar por distintas circunstancias que generan sus rupturas. A ellas la Iglesia las acoge.
Son muchas las parejas en la Iglesia católica que se unen en el amor, pero por distintos problemas terminan en una separación de cuerpos o en el divorcio.
El matrimonio es la base para establecer una familia fundamentada en el derecho civil y el eclesiástico. En el evangelio de san Mateo a la pregunta de los fariseos a Jesús sobre el matrimonio, sobre si un hombre se podía separar de su mujer por cualquier motivo, le responde “¿no han leído que al principio el Creador los hizo hombre y mujer? Y dijo: por eso abandona un hombre a su padre y a su madre, se une a su mujer y los dos se hacen una sola carne. De suerte que ya no son dos, sino una sola carne. Así pues, lo que Dios unió no lo separe el hombre.” (Mateo 19, 3-6).
Los maestros de la ley con mala intención nuevamente preguntan ¿por qué Moisés mandó darle un acta de repudio cuando uno se separa de la mujer? Y dice el Señor: “Moisés les permitió separarse por su dureza de corazón. Pero al principio no era así. Les digo que quien se divorcia de su mujer, si no es en caso de concubinato y se casa con otra, comete adulterio.” Pero Jesús que estaba con sus discípulos les dijeron: Si esa es la condición del marido con la mujer, más le vale no casarse. Y Él le respondió. “No todos pueden con esto, solamente aquellos que reciben tal don.”
A pesar de ser el matrimonio un vínculo inviolable, muchas parejas deciden separarse por situaciones difíciles, como pueden ser infidelidades, incompatibilidad de caracteres, incomprensiones, violación, celos, rabias maltratos morales, psicológicos y físicos que a muchas mujeres han arrastrado a un desenlace fatal.
Una situación como esta fue vivida por una pareja. La mujer por diversos problemas con su esposo, decidió no dormir con él. Un día a eso de las tres de la madrugada, va a la habitación de su esposa e intenta violarla. Ella forcejeó con el hombre hasta que se cansó, y le dijo que procediera según su intención. Al escuchar estas palabras, se fue a llorar a su habitación.
Las personas que pasan por cualquier tipo de tensión, prefieren quedarse solos o por circunstancias de la vida encuentran a otra persona, situación que para la Iglesia es inaceptable, por tal motivo les priva de la recepción de los sacramentos, porque está transgrediendo el mandato de Jesús.
Frente a esta situación el padre Ángel Bastidas, Asesor de la pastoral familiar de Arquidiócesis de Barquisimeto, asignó a los esposos Juan Barrios y Ana Ramírez de Barrios, para que se encargaran del programa: Familias en Situaciones Especiales que atiende a los padres solteros, viudos, homosexuales y se acentúa la atención a los divorciados y vueltos a casar.
-¿Cuál es el trato que le da la Iglesia a los divorciados y vueltos a casar?
Cuenta Ana Ramírez que se enteró del caso de un cónyuge quien, después de la separación y con un hijo, se casó nuevamente por civil y ellos han querido crecer espiritualmente, pero contó que él estuvo en una iglesia y el sacerdote le dijo: “ustedes no pueden estar aquí, no los quiero aquí porque son divorciados.”
Otro caso, es sobre una pareja que la inscribieron en el Encuentro de Matrimonios con Cristo, que es sólo para casados por la Iglesia, cuando se supo en el evento que eran divorciados y vueltos a casar el sacerdote les dijo: “ustedes se me van de aquí y no vuelven más al encuentro.” Ahora estas dos parejas, son parte de la pastoral de divorciados y vueltos a casar, están contentos por prestar su servicio a la Iglesia de Cristo.
“En sí la Iglesia acoge a los divorciados y vueltos a casar, por tal motivo, contamos con el apoyo del Arzobispo”. Sin embargo agrega Ana “las parejas se sienten excluidas de la Iglesia, porque los miran mal, porque no pueden recibir los sacramentos, no pueden prestar ningún servicio, y entonces ellos se autoexcluyen.
Hay parejas, manifiesta Juan, que se sienten rechazadas porque el sacerdote les dice lo que no pueden hacer y se olvida de lo que pueden hacer. Luego hay otros sacerdotes que dan la comunión generando confusión.
Ana notificó que el monseñor Antonio López Castillo, arzobispo de Barquisimeto fue interrogado sobre la comunión para las parejas de esta condición a la que afirmó severamente “no pueden recibir la comunión”.
Juan indicó que las personas que viven en este estado a pesar de que no puedan recibir la comunión sacramental, pueden recibirla espiritualmente con una oración profunda de fe en Cristo presente en la Eucaristía.
De esta manera López y Barrios mantienen su comunión con el magisterio de la Iglesia que en el documento Familiaris Consortio (la unión de la familia) afirma: “la Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura, reafirma su praxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradice objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio.”
Además el mismo documento referente a practicar cualquier rito matrimonial para estas dice: “se prohíbe a todo pastor, (obispos y presbíteros) por cualquier motivo o pretexto incluso pastoral, efectuar ceremonias de cualquier tipo para los divorciados que vuelvan a casarse. En efecto, tales ceremonias podrían dar la impresión de que se celebran nuevas nupcias sacramentalmente válidas y como consecuencia inducirían a error sobre la indisolubilidad del matrimonio válidamente contraído.”
¿Cuál es la misión que tienen ustedes?
Juan Barrios expresó: “El trabajo que hacemos nosotros es ayudar a estas parejas a integrarse a la vida de la parroquial con el fin de apoyarlos espiritualmente y en el servicio que pueden realizar en la Iglesia.
Juana de Barrios contó que todo con una propuesta del padre Miguel Ángel Bombín, párroco de la Iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, a quien preguntaban algunas parejas divorciadas y vueltas a casar, que por qué la Iglesia no les ofrecía nada a ellos. Por tal motivo el 20 de marzo de 2011 se comenzó con seis parejas esta pastoral en esta parroquia. Ya se reúnen 40 parejas todos los meses para vivir y crecer en su vida de fe.
¿Han realizado alguna actividad para unir a otras parejas en esta condición?
– Se hizo un encuentro en abril de este año con 31 parejas de varias parroquias eclesiásticas de la Arquidiócesis de Barquisimeto, después se hizo un reencuentro en el cual asistió el 50%.
¿Las personas que estuvieron en el encuentro se sienten excluidas de la Iglesia?
-Ellas tienen un gran deseo de servir en sus obras a la Iglesia, pero sentían cohibidas, sin embargo después de explicarles que podían cooperar en su misión hubo alegría.
Ana recuerda las palabras del papa Benedicto XVI en el séptimo encuentro mundial de las familias expresó: “Las parroquias y comunidades católicas deben hacer todo lo posible para que se sientan amadas y aceptadas, que no están fuera a pesar de que no puedan recibir la absolución ni la eucaristía. También sin la recepción de la Eucaristía, podemos estar unidos a Cristo.” Además dijo: “es importante que se viva una vida de fe y puedan ver que su sufrimiento es un don para la Iglesia, porque sirve así a todos para defender la estabilidad del amor y del matrimonio. Es un sufrir en la comunidad de la Iglesia con los grandes valores de nuestra fe”.
¿En qué pueden cooperar en la Iglesia estas parejas?
Ana explica que pueden ayudar en la pastoral social y de la salud. Durante la misa pueden recoger la colecta, llevar las ofrendas, pero no pueden proclamar la palabra de Dios, ni impartir catequesis. Pueden ser testigos del matrimonio, porque en este no hay padrinos.
Barrios hizo referencia al Catecismo de la Iglesia Católica número 1651, que cita la Familiaris Consortio 84, exhorta a que “las parejas divorciadas y vueltas a casas “pueden escuchar la palabra de Dios, frecuentar en el sacrificio del misa, a perseverar en la oración, a incrementar las obras de caridad y las iniciativas de la comunidad en favor de la justicia, a educar a sus hijos en la fe cristiana, a cultivar el espíritu y las obras de penitencia para implorar de este modo, día a día, la gracia de Dios.”
-¿Qué les prohíbe la Iglesia hacer a las parejas?
Juan vuelve a citar el catecismo de la Iglesia Católica, esta vez el número 1650: “los divorciados y vueltos a casar, debido a su situación que contradice objetivamente la ley de Dios, no pueden ejercer ciertas responsabilidades eclesiásticas” entre ellos están los oficios de padrino en los sacramentos de bautismo y de la confirmación, en este efecto según la norma estipulada en el Derecho Canónico, el padrino debe llevar una vida congruente con la fe y con la misión que va a asumir. Además dice: No pueden ejercer en la comunidad los servicios que exigen un testimonio cristiano, como por ejemplo cierto servicios como litúrgico, catequesis, o la participación en los consejos pastorales diocesanos o parroquiales.” Sin embargo, quienes han sido involucrados, se deben dejar.
Hay personas, dice Ana, que están completamente solas, que se divorciaron por cualquier circunstancia y ya no tienen una pareja, estas pueden recibir los sacramentos.
-¿Las personas que viven solas pueden gestionar la nulidad del matrimonio eclesiástico?
Juan dice que según Owaldo Araque, Vicario general de la Arquidiócesis de Barquisimeto informó que el que supone su casamiento eclesiástico nulo, es decir, cree que este no era válido, tiene derecho a gestionar una nulidad. Ahora no quiere decir con esto que las causales que se van a presentar sean viables para una nulidad, pero se puede intentar. Después del estudio que se hace a través de un cuestionario.
-¿Quienes están divorciados y vueltos a casar de tercera edad, y solamente comparten techo y mesa, pero no lecho, pueden comulgar?
Pueden hablar con el sacerdote, para que reciban la comunión.
-Si público es el matrimonio, pública la declaración de la nulidad, ¿no debería publicarse cuando la pareja puede recibir la comunión?
Debería hacerlo el sacerdote, dice Ana, además manifestó la importancia de aclarar en el momento de la misa quién puede recibir el sacramento de la comunión.
El documento de la Iglesia sobre Familias en Situaciones Irregulares de la Pastoral de los Divorciados de la Sagrada Congregación de la Doctrina de la fe dice: “si los divorciados se han vuelto a casar civilmente, no pueden acceder a la comunión eucarística mientras persista la situación, esta norma de ninguna manera tiene carácter punitivo o discriminatorio. Si se admiten estas personas los fieles serían inducidos a error y a confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio.
Además se expresa en el documento que para los fieles que permanecen en esta situación matrimonial el acceso a la comunión eucarística, sólo se abre por medio de la absolución sacramental que puede ser concedida únicamente a los arrepentidos que de haber violado el signo de la alianza y de la fidelidad a Cristo, están sinceramente dispuestos a una forma de vida que no contradiga a la indisolubilidad del matrimonio.
El Concilio Plenario de Venezuela en su numeral seis, sobre Iglesia y Familia: presente y futuro en el numeral 97 dice: “Para los agentes de los diversos servicios de pastoral se promoverán talleres, charlas o cursos que ofrezcan suficiente información y formación sobre las causales de nulidad matrimonial, a fin de prevenir matrimonios divorciados y vueltos a casar cuyos casos reúnan las condiciones para ser sometidos a procesos de nulidad.”
Equipo de pastoral
Ana informa que ya se creó un equipo de Pastoral de divorciados y vueltos a casar para la Arquidiócesis de Barquisimeto con siete parejas, cuatro en situación especial y tres sacramentados, que se encargarán de hablar con los párrocos.
El programa en situaciones especiales, afirmó Juan, está comenzando en Venezuela desde la nada, estamos trabajando desde el 2010 y en el país no se está llevando a cabo este programa, solamente en Barquisimeto. Sin embargo el fin es difundir el proyecto en otras diócesis.
Fuente: Iglesia Santa Teresita Barquisimeto – Venezuela / iglesiasantateresita.wordpress.com / ESCRITO POR DAVIDC / PUBLICADO POR: o.rEVETTE

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